Por no decir que es de carne y hueso, es de caramelo, chocolate, azúcar, vainilla de verdad verdadera, también de esmero y pasión. Más o menos de eso está conformada La Boutique Pastelería, que de ser un hobby, un sueño y un algún día, se convirtió en una hermosura de proyecto.
Un proyecto que hoy ya se hace realidad, poco a poco, pasito tun tun como me dijeron una vez.
Todo comenzó con una Kitchen Aid el día de mi cumpleaños, conocida como "La K", lo escribo en mayúsculas porque cuando lo digo me suena a majestuoso, como a señora de las Kitchen Aid.
Seguido por un horno que si no es realmente majestuoso no sé qué es, porque ocupa tanto espacio que aún pienso como entra en la cocina! Y que cuando me asomo a ver los postres en su interior me refleja en el vidrio recordándome por qué hago estas cosas y lo mucho que me gusta.
Lo demás vino solito, muchos moldes para bombones, capacillos por todos lados, un local, mobiliario y hasta un techo de dry wall para que se vea bonito.
Repentinamente ando saltando entre ferreterías, llamadas a proveedores, el registro mercantil y la cocina, y no me sorprende estar feliz (amo el caos y la presión).
Finalmente aquí estoy... a poco muy poco poquitito tiempo de abrir la locura más loca, divertida y emocionante que he hecho, mi propia tiendita de dulces, de chocos, de postres, de galletas, de marshmallows, de ilusión y de ratos agradables. Además no se pueden perder los tenedores cuchisimos que compré para los postres jaja.
Les dejo esta torta más cuchísima aún de animal print con maquillaje y cosas de niñas...
lunes, 29 de octubre de 2012
viernes, 26 de octubre de 2012
Octubre de Halloween
Esta tradición estadounidense nos termina divirtiendo a todos, bien sea por los disfraces o por los mismos dulces, que a mi me encantan.
Alguna vez cuando era pequeña salí a buscar dulces por las casas de los vecinos disfrazada de caperucita roja, aunque después entraba en personaje y no me quería quitar el traje por los próximos días.
Pero me preguntaba si a los niños les dieran algo más divertido que un caramelo, o si en las fiestas de halloween tuvieran una mesa espeluznante y divertida con unos cupcakes de terror! Que además moría por hacer aunque fuera por diversión...
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