Alguna vez cuando era pequeña salí a buscar dulces por las casas de los vecinos disfrazada de caperucita roja, aunque después entraba en personaje y no me quería quitar el traje por los próximos días.
Pero me preguntaba si a los niños les dieran algo más divertido que un caramelo, o si en las fiestas de halloween tuvieran una mesa espeluznante y divertida con unos cupcakes de terror! Que además moría por hacer aunque fuera por diversión...
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