martes, 14 de agosto de 2012

Tarde de Hojaldre

Como la practica es lo que hace al maestro, decidí poner manos a la obra con el hojaldre para afinar poco a poco la técnica y los detalles con la experiencia de hacer la masa una y otra vez...

Sin decidir aún cual sería la preparación final empecé a pasearme entre las horas que lleva preparar este tipo de masa, que pueden ser varias ya que tiene que estirarse, doblarse y regresar a refrigeración cada vez se le de una vuelta, para que la mantequilla que es lo que al final ayuda a formar las capas no se derrita o se salga cuando se estire.

Cuando había terminado el número de vueltas que requiere la masa para hacer milhojas quise preparar muchas cosas más, entonces empecé con una crema pastelera con chocolate bitter 70% cacao de El Rey que le dio un toque espectacular y el resultado fue una milhoja de chocolate que mi familia devoró en un segundo...

Pero como no quería conformarme con una milhojas sino hacer todo a la vez, utilicé por primera vez mis moldes de cannoli, e hice un par, que bañé con almíbar y azúcar antes de llevar al horno y que dejé tomar un provocativo color dorado de esos que enamoran la vista antes de rellenar con la misma crema pastelera de chocolate que utilicé para la milhojas.

Finalmente, como quería seguir inventando como cada trocito de masa que iba dejando, hice unos rollitos que terminaron en pequeñas palmeritas azucaradas que como el resto... no duraron mucho. Aunque tuve que cambiar un poco el procedimiento, porque a la masa hojaldrada destinada a palmeritas se le va incorporando el azúcar a medida que se realizan las vueltas cuando se está estirando, pero aún así quedaron doraditas cuando el horno de la casa de mi mami me permitió (tuvimos nuestras diferencias técnicas pero lo logramos).

Les dejo las fotos!


Después de todos los cambios no sé si pueda seguirlo llamando Cannoli, lo cierto es que estaba muy rico





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